Esta poesía la escribí en 6º de Agrónomos inspirado en una granadina de mi clase llamada Inés Santana.
Si la memoria no me falla, recuerdo que me quedaban 3 o 4 días para el primer parcial de Zootecnia de 6º de Agrónomos y ese día tuve que ir por la mañana al Hospital Clínica La Moncloa a cuidar de mi madre que llevaba tiempo ingresada allí a consecuencia de un cáncer que sufría desde hacía 5 años y que el 20 de julio del 2000 tendría su fatídico final.
Me senté a estudiar en un butacón que tenía la habitación y de pronto mi madre me empezó a contar historias de mi niñez, me cantó la nana que me cantaba de bebé. Entonces ante tanta belleza en la conversación de mi madre dejé los apuntes en el suelo y decidí no estudiar y disfrutar de ese momento tan especial. Me habló de tantas cosas, de lo que sufría cuando en mi adolescencia era tan tímido con las chicas, de cuando mi primo José Javier me iba a presentar a Mónica, la primera chica de la que me enamoré y cogí y de la vergüenza me fui nadando hasta el fondo del mar en Santa Pola. Nos reímos mucho recordando todas la travesuras que hacíamos mis amigos y yo en la playa, como las dobles filas de hoyos que escavábamos dentro de la mar y caían la gente como chinches.
Luego vino una hermana de mi madre a cuidarla y yo me fuí a la biblioteca de la Facultad de Periodismo de la Complutense para seguir estudiando con mis compañeros que allí estaban. Duré muy poco estudiando, me di cuenta que no llegaba a tiempo al exámen, así que decidí dejar la asignatura para junio y empezar a prepararme otra materia.
A la hora me fui a casa y allí me llegó el duende de la inspiración de golpe con una virulencia que no había sentido hasta entonces. Me puse un cd de Camarón que tenía mi padre titulado Castillo de Arena y la primera bulería llamada Samara me cautivó tanto que no pude dejar de escribir hasta que terminé la poesía.
Ahora que recuerdo esta historia desde la lejanía te das cuenta que en la vida a veces hay que dar dos pasos para atrás para dar uno para delante. En junio aprobé todas las materias de 6º de Agrónomos y cumplí el sueño de mi madre de que antes de morir quería ver a sus dos hijos con su carrera terminada. Mi hermana ya había terminado hacía dos años la carrera de Administración y Dirección de empresas de 4 años. Mi carrera era una ingeniería con el plan antiguo por lo que duraba 6 años. La empecé en 1993 y la terminé en el 2000 a un mes del fallecimiento de mi madre.
Nunca he odiado, ni le he echado las culpas a Dios por la enfermedad tan larga y la muerte de mi madre. NUNCA. Pero también es cierto que nunca he entendido la muerte de mi madre, una mujer tan sana, tan buena y alegre.
Recuerdo que el verano de 1994 lo tuve que pasar en Madrid en casa de mi tía Manoli para prepararme Cálculo Infinitesimal de primero en la Academia Rufo. Mis padres y mi hermana se fueron como siempre a veranear a Santa Pola. Yo era la primera vez en mi vida que fallaba a mi cita playera. Desde los 2 añitos iendo a Santa Pola.
Estudiaba 8 horas al día la materia más dura de la carrera. Iba tres días a la academia. Trabajé duro para conseguir el aprobado.
Llegó septiembre y mis familia regresó a Madrid y a los pocos días mi madre se retorcía de dolor en el suelo. Eran unos dolores insoportables en sus partes. Mi padre rápidamente la llevo a La Clínica Moncloa donde le hicieron las oportunas pruebas un confirmaron que tenía un tumor maligno en los ovarios.
Yo estaba en mi habitación cuando mi padre entró y me lo contó. Recuerdo que me quedé en mi habitación solo y me hundí. ME HUNDÍ. Por esa época en el 93, el cáncer estaba asociado a muerte casi segura. Yo solo tenía en mi mente aquel hombre que vi de pequeño cuando entré en un hospital que parecía como una pajarito. Le pregunté a mi madre que le pasaba y me dijo tiene cáncer. En el 2000 volví a ver a ese pajarito reencarnado en el cuerpo de mi madre.
Me faltaban 5 días para el examen de cálculo y no tenía fuerzas para seguir estudiando. Pero al día siguiente una luz penetró en mi corazón una fuerza que levantó de la cama y me puse a estudiar aún con más fuerza e ilusión. Tenía que aprobar por mi madre para que ella no se sintiera culpable de mis suspensos en mis estudios. Así que, le di el último repaso a la materia. A mi madre la operaron dos días antes del exámen y recuero que unas horas antes del exámen fui a visitarla al Hospital de Ciudad Universitaria me dio un beso y me deseo suerte. Fui supero motivado al exámen. APROBÉ CON UN 5 LA MATERIA MÁS DIFÍCIL DE LA CARRERA y desde ese día fui cada vez mejor estudiante. Estudié y estudié por mi madre y me saqué la carrera en 7 años y yo se que ella LUCHO Y LUCHO con alegría durante su enfermedad para que a nosotros nos afectara en los estudios. Los médicos alucinaban con mi madre con la alegría y la manera de llevar su enfermedad. Hasta los animaba a ellos cuando nada había que hacer para que siguieran intentándolo.
Aquí os dejo la poesía en cuestión:
Si la memoria no me falla, recuerdo que me quedaban 3 o 4 días para el primer parcial de Zootecnia de 6º de Agrónomos y ese día tuve que ir por la mañana al Hospital Clínica La Moncloa a cuidar de mi madre que llevaba tiempo ingresada allí a consecuencia de un cáncer que sufría desde hacía 5 años y que el 20 de julio del 2000 tendría su fatídico final.
Me senté a estudiar en un butacón que tenía la habitación y de pronto mi madre me empezó a contar historias de mi niñez, me cantó la nana que me cantaba de bebé. Entonces ante tanta belleza en la conversación de mi madre dejé los apuntes en el suelo y decidí no estudiar y disfrutar de ese momento tan especial. Me habló de tantas cosas, de lo que sufría cuando en mi adolescencia era tan tímido con las chicas, de cuando mi primo José Javier me iba a presentar a Mónica, la primera chica de la que me enamoré y cogí y de la vergüenza me fui nadando hasta el fondo del mar en Santa Pola. Nos reímos mucho recordando todas la travesuras que hacíamos mis amigos y yo en la playa, como las dobles filas de hoyos que escavábamos dentro de la mar y caían la gente como chinches.
Luego vino una hermana de mi madre a cuidarla y yo me fuí a la biblioteca de la Facultad de Periodismo de la Complutense para seguir estudiando con mis compañeros que allí estaban. Duré muy poco estudiando, me di cuenta que no llegaba a tiempo al exámen, así que decidí dejar la asignatura para junio y empezar a prepararme otra materia.
A la hora me fui a casa y allí me llegó el duende de la inspiración de golpe con una virulencia que no había sentido hasta entonces. Me puse un cd de Camarón que tenía mi padre titulado Castillo de Arena y la primera bulería llamada Samara me cautivó tanto que no pude dejar de escribir hasta que terminé la poesía.
Ahora que recuerdo esta historia desde la lejanía te das cuenta que en la vida a veces hay que dar dos pasos para atrás para dar uno para delante. En junio aprobé todas las materias de 6º de Agrónomos y cumplí el sueño de mi madre de que antes de morir quería ver a sus dos hijos con su carrera terminada. Mi hermana ya había terminado hacía dos años la carrera de Administración y Dirección de empresas de 4 años. Mi carrera era una ingeniería con el plan antiguo por lo que duraba 6 años. La empecé en 1993 y la terminé en el 2000 a un mes del fallecimiento de mi madre.
Nunca he odiado, ni le he echado las culpas a Dios por la enfermedad tan larga y la muerte de mi madre. NUNCA. Pero también es cierto que nunca he entendido la muerte de mi madre, una mujer tan sana, tan buena y alegre.
Recuerdo que el verano de 1994 lo tuve que pasar en Madrid en casa de mi tía Manoli para prepararme Cálculo Infinitesimal de primero en la Academia Rufo. Mis padres y mi hermana se fueron como siempre a veranear a Santa Pola. Yo era la primera vez en mi vida que fallaba a mi cita playera. Desde los 2 añitos iendo a Santa Pola.
Estudiaba 8 horas al día la materia más dura de la carrera. Iba tres días a la academia. Trabajé duro para conseguir el aprobado.
Llegó septiembre y mis familia regresó a Madrid y a los pocos días mi madre se retorcía de dolor en el suelo. Eran unos dolores insoportables en sus partes. Mi padre rápidamente la llevo a La Clínica Moncloa donde le hicieron las oportunas pruebas un confirmaron que tenía un tumor maligno en los ovarios.
Yo estaba en mi habitación cuando mi padre entró y me lo contó. Recuerdo que me quedé en mi habitación solo y me hundí. ME HUNDÍ. Por esa época en el 93, el cáncer estaba asociado a muerte casi segura. Yo solo tenía en mi mente aquel hombre que vi de pequeño cuando entré en un hospital que parecía como una pajarito. Le pregunté a mi madre que le pasaba y me dijo tiene cáncer. En el 2000 volví a ver a ese pajarito reencarnado en el cuerpo de mi madre.
Me faltaban 5 días para el examen de cálculo y no tenía fuerzas para seguir estudiando. Pero al día siguiente una luz penetró en mi corazón una fuerza que levantó de la cama y me puse a estudiar aún con más fuerza e ilusión. Tenía que aprobar por mi madre para que ella no se sintiera culpable de mis suspensos en mis estudios. Así que, le di el último repaso a la materia. A mi madre la operaron dos días antes del exámen y recuero que unas horas antes del exámen fui a visitarla al Hospital de Ciudad Universitaria me dio un beso y me deseo suerte. Fui supero motivado al exámen. APROBÉ CON UN 5 LA MATERIA MÁS DIFÍCIL DE LA CARRERA y desde ese día fui cada vez mejor estudiante. Estudié y estudié por mi madre y me saqué la carrera en 7 años y yo se que ella LUCHO Y LUCHO con alegría durante su enfermedad para que a nosotros nos afectara en los estudios. Los médicos alucinaban con mi madre con la alegría y la manera de llevar su enfermedad. Hasta los animaba a ellos cuando nada había que hacer para que siguieran intentándolo.
Aquí os dejo la poesía en cuestión:
NOCHES DE BULERÍAS
Autor: José Carlos Díaz-Meco López
Ayer nació una reina mora
Reina mora de la monería
Y bajo la noche de sus ojos negros
La cantan por bulerías
Una nana, las palomas en la Alhambra
Y en Sierra Nevada
Hasta la blanca nieve se derrite
Para poder bajar a acariciarla.
La pusieron por nombre Inés Santana
Reina mora y fuente cristiana.
Ay Inès, ay Inès
Por beber de tus manos agua clara
Hasta Boabdil te entregó las llaves de Granada
Y rendidita, ay rendidita me tienes el alma.
Ay que belleza tiene Sevilla en sus calles
Adornada con naranjos de azahares.
Ay que belleza tiene mi niña en su cara
Que hasta Miguel Ángel le pintó lunares.
Ay lunares, lunaritos del Rocío
Tiene mi niña en su cara un vestido
Y pobrecito su Ángel de la Guarda
prendao ha quedado de su falda.
Desde aquel amanecer
Ya no soy el que era
Desde aquel amanecer
Por culpa de una molinera
Ya no soy el que era
Mi corazón siempre en vela.
Y desde aquel amanecer
Ya no pego ni ojito
Desde aquel amanecer
Por culpa de tus ojitos
Ojitos del buen café.
Y desde aquel amanecer
Ya no soy el que era
Mis ojitos llenos de ojeras
Por culpa de una molinera
Molinera del buen café.
Mi niña
Tiene los ojitos negros
Negros como el carbón,
Por eso este año seré malo
Para que me los traigan
Los Reyes Magos.
Tengo dos chispas
Bordadas en mi mente
Dos estrellas de oriente
Que me guían cada Navidad
Aquel bendito Portal.
Mi niña
Tiene dos ojitos negros
Que son la brisa de mis suspiros
Que son cuna donde duermen los rayos de luz
Cuando los abanica
Con ese salero andaluz.
Mira si son tus ojos bellos
Cantó el gallo de madruga.
Mira si son tus ojos bellos
Que me hablan en sueños
Y a cada golpe de castañuela
De tus pestañas flamencas
Me despierto, ay niña, me despierto
No se si en la tierra o en el cielo.
Me llaman loco porque la veo
Todas las noches también de día
Me llaman loco porque por bulerías
Le recito versos y aullidos de lobo
Y es que mi niña tiene un brillo en sus ojos
Donde siempre hay luna llena
Tiene por ojos dos mares
Donde desemboca y se ahoga mi pena.
Ay pena penita pena
María Magdalena
¿Quién fuera águila real?
Para alcanzar su mirar
¿Quién fuera luna llena?
Para producir su eclipse solar.
Mañana por la mañana
Oirás el repicar, el repicar
De la campana de mi garganta,
La oirás gritar mi pesar
Por solea mi llorar,
Porque ¿Cómo puede haber ateos?
Si tus ojos son las Puertas del Cielo.
Por eso no te enfades niña mía
Si te miro con devoción
Pues dentro de esos ojitos negros
Vive mi madre la Virgen María.
Ay Señor
Tú que moriste por mis pecaos
Ay Señor
Déjame ser hoy tablao, ser tablao
Del madero de tu costao
Para que el taconeo de mi niña
Sea alivio de tus heridas
Pues mi niña baila por bulerías.
Tengo dos espinas
Clavadas en mi alma
Cada vez que ella me mira
Pues no se leer el pentagrama de su mirada.
Si tiene un solfeo en sus ojillos
Que me desconcierta
Si tiene dos acertijos
Que no se si son botijos vacíos
Simple cortesía
O llenos de amorío
Por mi y mi alegría.
Yo tenía un trigal
A orillita del Guadiana
Y una amapola a la que con ternura amaba,
Y a orillita de sus raíces mi alma se enredaba.
Ay, maldita amapola
Me dejaste el alma rota
Y que desgraciadito fui por estar contigo
Pues mi alma no volvió a dar trigo.
Dios roza pero no quema
En sueños me dijo una gitana canastera
Mientras recogía un ramito de piropos para la Macarena.
Dios aprieta pero no ahoga
Y le pidió para mí una rosa,
Y al despertar llegó a mi trigal el aroma
De los pétalos de tus labios
Y el trigo al molino de mi patio,
Por eso tus labios quiero cuidarlos
Besarlos toditos los días al alba
Yo jardinerito de Granada
Que no se agote Señor el vino de las bodas de Cana
A ver si a mi niña los labios se le van a marchitar.
Ay dolor, maldito dolor
Mala hierba del amor
Que germina cuando llueve
La ausencia de su resplandor.
Pero mira si florecen en su presencia
Alegrías en mis días
Que toditos de romería
En esos ojillos de Mayo
Donde yo rezo el rosario
Donde cada pestaña es un misterio
Donde se apacigua mi calvario.
Un trocito de barro
Sonriendo en un reflejo de un charco
Amarrado a buen puerto un barco
Y una mariposa jugando en tus labios.
Por un beso de barro
Un joven ensucia su traje de encargo
Por un trocito de barro
Jugando en un trocito de charco.
Por un beso en tus labios
Una mariposa jugando en un trocito de charco
Por un churrete en sus labios
Un joven saltando en una carita de charco.
Un trocito de barro
Sonriendo en un reflejo de un charco
Y un barco amarrado a tus labios.
Mi niña
Tiene unos ojitos negros
Que hay que verlos para creerlos
Y tiene unas pestañas
Donde se rizan y columpian mis sueños.
Mira si eres hermosa
Que el día que tú naciste
Se abrieron todas la rosas
Pero también nacieron
Todos los jardineros
Para cuidar al rosal
Que yo más quiero.
Y mira si eres bella
Que la parpadear
Tus ojitos recitan poemas,
Que al parpadear
Tus ojitos bailan sevillanas
En la Escuela toditas las mañanas.
Y no mentiré cuando diga
De que está hecha esta poesía
Pues cada lágrima de estas bulerías
Es un verso que derramaron tus ojos
Y cada palabra que lloró mi pluma
Es una lágrima de tinta tuya.
Y a tu orilla
Siempre a la orillita tuya
Será tu influjo de luna
Ó serán tus ojitos de bruja.
¿Por qué tus ojos no me besan?
¿Por qué tus labios no me miran?
¿Por qué tus manos no me hablan?
¿Por qué tú pelo mis manos no peina?
Cuando se enredan?
Y aún así, a tu orilla
Siempre a la orillita tuya
Será tu influjo de luna
Ó serán tus ojitos de bruja.
Otra de las canciones que me inspiró durante el proceso creativo fue:
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